Sesión Plenaria «La España que nos une»
Moderadora
Silvia Iranzo. Profesora de Economía y de Gobernanza Global en CUNEF. Secretaria de Estado de Comercio (2008/2010).
Intervinientes
José Luis Bonet. Presidente de la Cámara de Comercio de España.
Benigno Pendás. Presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
Fernando Ónega. Presidente de 65yMás.
Alex Cortés. Presidente del think tank Criterio Joven
PUNTOS ESENCIALES Y CONCLUSIONES
Silvia Iranzo
- Importancia de los valores y de la educación.
- Necesidad de volver al mérito y la capacidad.
- El populismo es una falacia.
- Necesitamos un proyecto de nación que nos una.
- España tiene que actuar sin complejos.
- Faltan influencers intelectuales.
- Tenemos un gran futuro por delante.
José Luis Bonet
- En estos años, las empresas han sido el principal escudo social en España.
- Podemos ser un referente en energía, pero no perdamos de vista la oportunidad de serlo también en el sector de la alimentación.
- Con los fondos Next Generation, la Unión Europea está actuando a la altura de los retos de nuestra época”
Soy profesor de economía política en la Universidad de Barcelona y nací en una familia de empresarios vinculados a Freixenet así que se puede decir que vivo entre la academia y la empresa. Este es un vínculo que echo de menos, tanto en la empresa como en la universidad.
Las empresas servimos a la sociedad y no tenemos que luchar por el poder político. Pero, si sirve de algo, en mi experiencia he aprendido que las personas y los países triunfan cuando cuentan con las tres T: talento, trabajo y tenacidad.
El talento, propio y de otros, es algo que hay que saber forjar y dirigir. El trabajo es inseparable del esfuerzo, y la tenacidad es necesaria para que el esfuerzo prospere. A esto añadiría una cuarta T, que es la transformación, pues la pandemia supuso una disrupción, ciertamente, pero también un parón que podemos aprovechar, por ejemplo, para la transición energética.
Detrás de este entramado hay una serie de valores importantes, que deberían inspirarnos para servir a la sociedad. Por el lado de los profesores, el rigor científico y el sentido crítico. Por el lado de la empresa, el afán de lograr objetivos y la capacidad de reacción a lo que viene. En la empresa también valoramos la exigencia, en la medida en que cada una quiere ser lo mejor en lo suyo.
Estos valores, también, se traducen en la defensa de las instituciones (la Constitución de 1978, el Estado social de Derecho), la colaboración público-privada y la búsqueda de la prosperidad para España, algo de lo que podemos sentirnos orgullosos (en 1975, el PIB/persona era de unos 1.000$, hoy está cerca de 30.000$). Hay que dejar que las empresas desarrollen su trabajo, pues han sido el principal escudo social en España.
Benigno Pendás
- Nos falta que arraigue más entre nosotros la cultura del gran pacto de Estado, que no se limita a la formación de gobiernos de coalición, sino que se traduce en una concepción sensata y moderada de la política.
- No asociemos el centro político con la tibieza, sino con el lugar de encuentro entre las dos grandes formas de entender la política.
- Para alcanzar pactos de Estado, necesitamos políticos con una formación sólida y que tengan buena relación entre ellos.
Las grandes naciones tienen grandes instituciones. España es una gran nación, luego debe tener instituciones a la altura de las circunstancias. Y nuestro deber es mantenerlas, no jugar con ellas y sí actuar con moderación. La moderación no consiste en ser tibios, sino que es una forma de entender la vida basada en la búsqueda permanente de acuerdos.
Tocqueville decía que una sociedad vertebrada es capaz de superar los problemas de un mundo complejo y de un umbral de épocas. Que es lo que, hoy, estamos viviendo. De ahí la importancia de cuidar las instituciones que necesita la sociedad civil. Los intelectuales no sabemos enfrentarnos a los cambios de época (sólo se nos da bien añadir el “post” para entender lo que nos pasa).
Es fundamental recuperar el valor de la responsabilidad individual, la noción de que los actos tienen consecuencias, que no son inocuos. Hay que estar a la altura y reconocer a los mejores, en todos los ámbitos. Frente a la tentación del exceso de frivolidad posmoderna, hay que volver a los valores esenciales y al mérito. Resulta preocupante la desvalorización del mérito por un igualitarismo mal entendido. No es cierto que quien llega lejos, lo logra por tenerlo más fácil. Es nuestro deber promover a los mejores, pues es un bien para toda la sociedad.
Uno de los signos de la política contemporánea es la polarización, que tiene que ver con el populismo, un fenómeno de alcance global y que tiene su público en tiempos de crisis, ciertamente, pero cuyas propuestas y soluciones son un engaño.
El problema es que estos tiempos de polarización nos encuentran mal equipados. Hemos tenido cuarenta y cinco años formidables, pero no hemos sabido cultivar la cultura del pacto. En España hay una serie de pactos implícitos: la corona, defensa, hasta hace poco las pensiones. Nunca ha habido un gran pacto sobre educación ni universidades. Nos falta esa cultura del gran pacto de Estado, que no tiene que ver necesariamente con gobiernos de coalición, pero que sí podría traducirse en una concepción sensata de la política: dejar gobernar a quien gane, no intercambiar votos por políticas poco afortunadas, no agravar los problemas del sistema… Y, en fin, buscar el lugar en el centro, el lugar de acuerdo entre las dos grandes formas de entender la política, que son el centro-derecha y el centro-izquierda.
Aldo Olcese Santonja
- Estamos a las puertas de un posible milagro español en el sector de la energía: somos el país con el mejor, y más barato, mix energético.
- El desafío ético que plantea la inteligencia artificial tiene que ser una cuestión prioritaria en la próxima legislatura.
En España parece que impera la desunión en política y corremos el riesgo de que eso se traslade a la sociedad, si no hay un proyecto de nación. Ese proyecto en nuestro país existe, pero es poco conocido y está sucediendo, pero ¿dónde exactamente?
La guerra de Ucrania ha sacado a la luz que la energía es el gran elemento que hace que los países funcionen. Siempre, claro, que tenga un coste barato y un abastecimiento garantizado. Estamos a las puertas de un posible gran milagro económico español: somos el país con el mejor y más barato mix energético entre renovables, fósiles y nuclear.
Así, mientras Ferrovial se va de nuestro país, hay otras muchas empresas extranjeras que llegan porque el coste de producción aquí es muy competitivo. Gracias a las políticas de subvención de renovables que, en su día, impulsó el presidente Rodríguez Zapatero, tenemos un mix muy atractivo. Por eso creo que se va a producir una industrialización que no esperábamos. Y que puede suscitar un proyecto de unidad nacional que debería animarnos.
Un subproducto de ese proyecto es que España es, hoy, el país más sostenible de Europa. Tenemos unas infraestructuras envidiables y la suma de todo ello nos pone en una situación competitiva fabulosa que nos va a convertir en referente.
¿Qué ocurre? Que nos atenaza el pesimismo mediático y político. Por eso, como sociedad civil, tenemos que estar por encima de ello. A los políticos no les va a quedar otra que seguirnos.
Alex Cortés Fernández
- Nuestra generación (la generación Z) necesita ser consciente de lo mucho que ha costado el régimen de libertades que tenemos.
- Cuando, dentro de pocos años, recojamos el testigo de lo que pasa hoy en España, no podemos darnos el lujo de no resolver los problemas que vengan sólo por que haya diferencias ideológicas entre nosotros.
- Los influencers son los referentes de mi generación, y los necesitamos, pero dada su incidencia social necesitamos que también debatan los asuntos clave de nuestro tiempo.
Mi generación (la Z), va a coger el testigo de lo que pasa hoy en España. Es la primera generación que ha nacido con una serie de tecnologías que están produciendo una serie de cambios muy profundos en la concepción de las relaciones sociales. Estos cambios nosotros los tenemos interiorizados, pero la brecha con mis padres y abuelos es real y es algo que hay que abordar.
Otro problema de nuestra generación es afrontar el papel que nos va a tocar en la defensa de los valores que nos unen (España, la Constitución, el Estado de Derecho, el modelo de convivencia heredado). Nos conviene recuperar la conciencia de lo mucho que ha costado el régimen de libertades que tenemos.
Los jóvenes, también, tenemos que ser capaces de generar consensos y estar por encima de las diferencias ideológicas para llegar a acuerdos. Por ejemplo, a la hora de salvaguardar y mejorar el sistema de pensiones. No podemos permitirnos no resolver los problemas que nos vengan por diferencias ideológicas.
A los jóvenes nos agobia lo urgente, como la búsqueda de trabajo, pero es importante no dejar de debatir los problemas de más largo alcance.
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BULLETS POINTS
- Nuevos pactos de Estado para la educación, la ciudadanía digital, la defensa, las pensiones y la fiscalidad
- Nuevo compromiso común para le gestión de los Fondos Europeos Next Generation
- La inteligencia artificial en el centro de la transformación científica y tecnológica: desafíos legales y éticos
- Las políticas de igualdad e inclusión serán un pilar esencial de la modernización social y económica de España
- La fraternidad como un nuevo elemento unificador de las transformaciones sociales
- Integrar la responsabilidad individual como eje central del compromiso y la defensa del bien común
- Intelectuales e influencers, ¿confrontación o unidad para la defensa del bien común?
- Unidad autonómica para una posición común frente a Europa
- La política presupuestaria y fiscal como contrapeso de la descentralización política