Entrega del «Premio Líder Joven de la Sociedad Civil»

Premiada

Montserrat Hernández Hernández. Directora de Tribuna Grupo de Comunicación

Laudatio

Antonio Garrigues-Walker. Presidente de la Fundación Garrigues

Hace entrega del premio el Alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida

 

 

 

PUNTOS ESENCIALES Y CONCLUSIONES

Antonio Garrigues

• La sociedad civil española tiene que cumplir un papel mucho más importante.

• Hay que batallar por el papel y la implicación de la sociedad civil. 

 

Hay que destacar la importancia de premiar, y la importancia de reconocer es elemental en todo el mundo, pero en España cuesta reconocer los méritos ajenos, no somos un país fácil y por eso este tipo de premios tienen importancia.

Montserrat Hernández ha hecho algo realmente importante, es una persona que ha luchado. Cada uno de nosotros tiene una circunstancia y no nos atrevemos muchas veces a reconocerlo, sobre todo cuando son circunstancias que nos han ayudado de una manera especial, que han condicionado nuestra trayectoria vital, pero no somos capaces de reconocer que nosotros no tenemos todo el mérito, el mérito también es de la gente que nos ha ayudado, de todas las circunstancias que nos han rodeado.

Enhorabuena Montserrat.

Montserrat Hernández Hernández

• Profunda responsabilidad ante el premio recibido, agradecimiento, pero ante todo responsabilidad. 

• Voy a apelar al sentimiento de superación, al sentimiento de luchar y de general ejemplo en los demás.

• Tenemos un problema con los líderes que se están haciendo referencia para los jóvenes de nuestra sociedad. Hay que formar en valores.
• Estamos perdiendo talento en ciertos sectores de la población que no tienen las jamás herramientas que otros. El talento también está en aquellos jóvenes que no tienen recursos, que no tienen un padrino, entre ellos se encuentra un talento que no podemos dejar escapar. 

• No creo que se pueda generar una sociedad con este clima de crispación

• Ante las grandes cuestiones que hoy nos ocupan, como es el feminismo, rescato la frase de Adolfo Suárez, «la concordia es posible» y es eso lo que debemos buscar, la concordia, es posible y debemos creer y luchar por ella. Quiero pensar que la concordia es posible.

 

Gracias por este premio, que me genera un sentimiento de responsabilidad y siento que tengo que acreditar por qué le dan ese reconocimiento.

Quiero apelar al sentimiento de superación y al sentimiento que tenemos todos de lucha y de generar ejemplo en los demás ya que me considero una firme defensora de que el ejemplo es lo que forma a la sociedad.

Me siento honrada por recibir el premio al Líder Joven y que así se genere un reconocimiento así porque los jóvenes existen y no son sólo los que están de «fiesta», los que están en redes sociales… hay jóvenes que tienen empresas, hay científicos, hay músicos, hay gente con mucho talento a los que hay que empezar a tener en cuenta.

Mis circunstancias, nada fáciles, procedente de una familia humilde, perdiendo a mi madre muy joven, con 17 años, convirtiendome en el sustento de la casa con mi padre enfermo. Reconozco que tuve que hacer un «alarde de valentía», echarle valor. En este sentido, el valor del sacrificio y de una cierta «romantización» cuando quizás lo que hace falta es que la sociedad mire a esos sectores que necesitan ayuda, jóvenes que en algún momento pueden sentirse desamparados. Creo firmemente que la educación y las oportunidades tienen que ser para todos.

Debemos meditar por qué los jóvenes y los niños quieren ser influencers o funcionarios. Tenemos un problema con los líderes que se están formando como referentes para los niños porque no es reflejo de la sociedad, hay que formar en valores.

Tengo claro que no aprendemos por obligación sino por el ejemplo y por eso hay que demostrar al mundo el ejemplo de lo que somos capaces. Hay que poner como referentes a aquellos jóvenes que sí luchan y que son verdaderos expertos en diferentes campos; hay que reforzar la imagen de las empresas, que son las que generan empleo, las generan valor; no hay que caer en la crispación constante, con la sensación de que todo el mundo está enfadado. No creo que una sociedad desarrollada y una sociedad del futuro se pueda forjar con esa crispación. Recordando a Adolfo Suárez, la concordia es posible.

Pienso que hay que reflexionar sobre el individualismo, de alardear de lo que hemos conseguido solos, de que no necesitamos a nadie para crecer, para caminar, no se necesita ni amor, ni dinero, ni compañeros, siendo afirmaciones completamente falsas, bajo mi punto de vista. Yo soy lo que soy por todas las personas que me han acompañado y acompañan, todos ellos son el fruto de lo que soy para bien y para mal.

 

VISUALIZA LA ENTREGA DEL PREMIO A MONTSERRAT HERNÁNDEZ